lunes, 1 de octubre de 2012

DOMINGO DE RAMOS




Por fin llego el día,después de un año soñando, con la inseguridad de la inestabilidad meteorológica y con el deseo firme y casi angustioso por saborear cada segundo de la Semana Santa, amanecía un Domingo de Ramos de nubes oscuras y algunos claros. Una vez más, todo se encontraba dispuesto, en su sitio, como los regalos en la noche de reyes, esperando a que los ojos de los niños se tiñeran de ilusión. La parroquia del divino salvador, se iba llenando poco a poco de palmas amarillas y el murmullo de los días grandes florecía al compás de la primavera. 


Las condiciones meteorologistas confirmaban lo impensable, pero una luz invadió la parroquia y el tiempo iba a dar una pequeña tregua, justa para que el cristo del amor saliera a ver a sus hijos del pueblo de Cortegana.
Decenas de corazones, cientos de miradas, esperaban. Una vez más, se iba a revivir el misterio de Jerusalén que impaciente, aguardaba la llegada del Salvador.



Al grito de hosanna al hijo de David, asomó por el dintel el salvador a lomos de un borrico, poco a poco muy lentamente se fue acercando a su pueblo y con su mano bendiciendo a todos sus hijos. 





...Tras endulzarnos a todos con la miel de sus sones, al compás de costero y sobre los pies, el cristo del Amor volvió a casa para aguardar todo un año a que su pueblo lo reciba como aquella entrada en Jerusalen hace 2000 años.


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